lunes, 2 de abril de 2012

El Esfuerzo

"Así como un grano de arroz cocido no puede brotar, tú no puedes avanzar hacia la paz interior si no haces ningún esfuerzo ni sigues ninguna práctica"



El esfuerzo es necesario para cualquier ejercitación; la disciplina es inevitable. Esfuerzo y disciplina deben asumirse libre y conscientemente. El esfuerzo es energía canalizada hacia un logro que exige una ejercitación. Sin esfuerzo, no hay avance interior; sin esfuerzo nadie puede poner en marcha todos sus recursos internos y mejorar su mente y sus emociones. Cuanto más firme es la motivación, más fácilmente devendrá el esfuerzo y más se prosperará en la disciplina llevada a cabo.



Buda, hacía referencia a cuatro Esfuerzos, que resultan muy importantes para cambiar la psiquis, purificar la mente y seguir la senda del noble arte de vivir. Estos cuatro esfuerzos conducen al equilibrio de la mente y el sosiego del espíritu. Son de una extraordinaria eficacia y deben aplicarse con tesón y asiduidad, para así cambiar los hábitos negativos de la mente y promover los positivos.




El esfuerzo POR IMPEDIR consiste en esforzarnos por impedir que se produzcan en la mente estados insanos y perniciosos (odio, avidez, rencor, celos, envidia...)



El esfuerzo POR ALEJAR es el que se desarrolla para ahuyentar los estados insanos y perniciosos ya surgidos, poniendo especial empeño en desalojarlos de la mente.



El esfuerzo POR CULTIVAR es el que se despliega para generar en la mente estados provechosos y beneficiosos que antes no habían brotado en la misma, tales como amor, generosidad, sosiego, benevolencia, contento, equanimidad....



El esfuerzo POR FOMENTAR es el que se lleva a cabo para afirmar e intensificar los estados sanos y beneficiosos que ya están en la mente, desarrollándolos tanto como se pueda.



Siempre es conveniente relacionarnos con personas bondadosas y amables, entrar en contacto tanto como podamos con la naturaleza, cultivar lecturas que nos inspiren e inviten al sosiego interior y practicar asiduamente la meditación para poder descubrir nuestra dimensión interior y sustraernos a las influencias nocivas del entorno.



El grano de arroz, del libro de la Serenidad de Ramiro A. Calle

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